miércoles, 25 de abril de 2012

En el ojo del huracán.



A ver como salgo de esta... Una vez mas estoy en el ojo del huracán. Un sitio tan increiblemente tranquilo, en comparación de lo que se podría encontrar alrededor del mismo. Es una sensación de paz y serenidad tan reconfortante que me invita a quedarme estático donde estoy, y en el peor de los escenarios, moverme hacia donde éste se mueva.

Alguien un día me dijo que siempre hay una calma antes de la tormenta, y yo lo sabia. Ciertamente había pasado por dias muy nublados, una época en el que cada simple paso que daba al caminar se podía considerar un éxito. En aquellos momentos, no me atrevía a cruzar, siquiera pensar en salir de aquel vendaval que me golpeaba por el simple hecho de que, aunque las cosas no andaban bien, el sufrimiento ya era familiar. Segun mi punto de vista, aventurarme a migrar era una idea inconcebible, ya que las posibilidades de que las cosas estuvieran mejor en otro lado eran casi nulas.

En contra de todas las probabilidades, apenas me moví y las cosas cambiaron por completo. El sol me pegaba en la cara. Sin duda, la vista de los restos de la pasada tormenta no eran muy alentadores, pero sí que lo era el panorama. El horizonte pintaba un cielo azul con el radiante e intenso sol que de momento me dejaba ciego. De a poco iba recobrando los sentidos y aquello no era mas que una invitación a seguir por mi cuenta y a decidirme a luchar por las cosas que alguna vez quise y por culpa de alguna tormenta pasajera habían quedado en suspenso.

Así fue, Mi visión entonces era clara... Pero no duraría mucho.

Otra tormenta se avecinaba pero todo era muy distinto esta vez, esta vez la vi venir. La vi acercarse con su suave y lento caminar, con aquel olor característico, hasta me sonrió porque ya sabía que no iba a hacer nada para evitarla... Lo único que pude hacer fue devolverle la sonrisa.

Todo parecía ser una brisa ligera, de hecho lo era. Era esa brisa que me pegaba en las mañanas, que me refrescaba. Era un motivo mas para levantarme, dejé que se convirtiera en mi combustible. Un error que estoy pagando caro porque aquello no era mas que un vil engaño.

Mis ojos se vieron obligados a cerrase nuevamente. De nuevo los fuertes vientos me atraparon y si bien es cierto que la adrenalina me incita a luchar contra aquella fuerza, incluso si es posible a disfrutarla o vencerla, ya me muero de ganas de encontrar de nuevo el ojo de ese huracán...

... Y volver a dormir tranquilo.

3 comentarios:

  1. Mucho tiempo sin escribir pero siempre hay alguien que sin saberlo te saca lo mejor de tí.

    ¿Por qué no dedicarle unas líneas?

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  2. Esperaba que usted escribiera, sabia eso??

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